Hoy te queremos contar del trabajo que ha hecho en el deporte nuestro querido alumno de cuarto año, Patricio Silva. Pato, como lo conocemos en la escuela, siempre fue un niño alegre y activo desde que estaba en kínder, pero sus trazos no eran precisamente los mejores.
Para mejorar su escritura, su maestra tuvo una idea poco convencional; le sugirió que probara el karate, argumentando que esto le ayudaría a tener trazos más seguros y definidos.
A los 4 años y medio, sus papás lo llevaron al deportivo de Villa Olímpica, donde los instructores Álvaro y Alma comenzaron a enseñarle los fundamentos del deporte con dedicación.
Al principio, como cualquier niño, tenía días en los que prefería jugar en lugar de entrenar. Pero Patricio se comprometió a poner su mejor esfuerzo en cada sesión e incluso acordó faltar solo hasta 5 días al año.
Con el tiempo, fue escalando a través de los diferentes niveles de cinturón: blanco, amarillo, naranja, verde, morado, café y, finalmente, después de 6 años de dedicación, alcanzó el codiciado cinturón negro, un increíble logro en la disciplina del karate.
A lo largo de su trayectoria, ha participado en numerosos torneos, ganando medallas de tercer, segundo y primer lugar.
El año pasado, después de cumplir 11 años, tuvo la oportunidad de presentar su examen ante un maestro japonés, obteniendo así el primer grado de cinta negra, conocido como “primer dan” (dan significa nivel en japonés).
Desde entonces, el sensei le otorgó su cinturón especial con su nombre grabado, marcando un hito en su viaje dentro del karate. Es increíble la perseverancia y los resultados que Pato ha logrado a lo largo de su vida; esto es un claro ejemplo de lo lejos que llegará y es seguro que obtendrá lo que se proponga.
¡Muchas felicidades, Pato, eres un gran ejemplo y nuestro gran #Orgullo Piaget!
