En su tiempo de trabajo independiente en CCH, Cristopher Bastida, uno de nuestros queridos alumnos con interés en la ciencia, realizó un experimento de laboratorio con el objetivo de observar tardígrados y descubrir lo que se oculta en el microscopio.
Cristopher preparó varias muestras de musgo, usando agua destilada, agua de la llave y agua de pecera. A través de este proceso, pudo identificar distintos protozoos, incluyendo paramecios, amebas y dinoflagelados. Este tipo de investigación no solo fomenta el aprendizaje práctico, sino que también permite a los chicos entender la diversidad de vida que puede encontrarse en un entorno aparentemente simple.
Algo que no podemos dejar de contarles de esta experiencia es que Cristopher decidió compartir sus hallazgos con los chicos de primero de secundaria. Muy emocionado, les presentó su trabajo y les explicó cómo realizar las observaciones. Los chicos estaban muy atentos a sus indicaciones y tuvieron la oportunidad de explorar la vida microscópica en una gota de agua.
Este tipo de interacción nos muestra la importancia del aprendizaje colaborativo. Al compartir conocimientos, se crea un ambiente donde todos pueden aprender y crecer juntos. La capacidad de Cristopher para transmitir su curiosidad científica es un gran ejemplo de cómo el conocimiento puede ser un puente entre generaciones.
¡Gracias por tus conocimientos, Cristopher!
