Por Mar Aramí, profesora de Matemáticas en secundaria
Una frase muy común que se hacen los jóvenes en la etapa académica cada vez que empiezas un tema nuevo y quizá también nosotros nos hicimos, es: “Yesto,¿paraquémesirve?”.Considero que lejos de causarnos molestia escuchar esa frase, como docentes deberíamos estar orgullosos por la inquietud e interés que muestran los estudiantes por darle una aplicación a lo que están aprendiendo en el aula.
Teniendo frente a mí el reto que mis estudiantes de Matemáticas 1 tengan un “aprendizaje significativo” dentro del aula, me di a la tarea de realizar un proyecto con el grupo 101, el cual tuvo como objetivo, evaluar el alcance que tienen los estudiantes al analizar la existencia y unicidad en la construcción de triángulos y cuadriláteros, así como determina y usar criterios de congruencia de triángulos, mediante el trabajo colaborativo con la elaboración del plano de una casa.
El proyecto consistió en integrar a los estudiantes en equipos de 3 o 4 integrantes, para posteriormente realizar un plano de manera colaborativo de una casa con 2 recamaras, 1 baño, sala, comedor, con la distribución de los muebles básicos y de manera opcional podían agregar más elementos como el jardín, garaje, gimnasio, etc. El plano debía contener: ángulos alternos, colaterales, opuestos, correspondientes; agregar por lo menos 3 tipos de triángulos; indicar los triángulos correspondientes; y por lo menos agregar 4 tipos diferentes de cuadriláteros.
Como primer momento, los equipos realizaron un boceto de lo que querían realizar, fue en este punto cuando me di cuenta que el proyecto debía de cambiar el nombre de “Construyendounplanousandolageometría” a “lacasademissueños”, fue muy satisfactorio ver cómo cada equipo se iba adueñando de su proyecto, integrando elementos a su plano que para ellos fueron ideales, creando de esta manera “la casa de sus sueños”, divirtiéndose al ponerse de acuerdo cuál recamara sería de cada uno o si la casa debería de tener o no sala de juegos, jardín o un garaje con por lo menos, un par de autos, así como, al verlos sonreír al compartir experiencias con los otros equipos.
Posterior al tener su boceto, sus ideas fueron plasmadas en grande en una cartulina blanca, en la cual, derramaron toda su creatividad, habilidades y conocimientos. Echando de mano su capacidad para trabajar de manera colaborativa, tomando decisiones en común acuerdo, dialogando y exponiendo sus puntos de vista para tener el mejor resultado.
Para finalizar con la actividad cada equipo presentó su plano, demostrando que lo aprendido en clase “sí les sirve”, pudieron darles una aplicación a los temas vistos en el aula (ángulos entre paralelas; triángulos: construcción y características; cuadriláteros: construcción y características).
El concluir con el proyecto, no sólo me di cuenta de que se cumplió con el objetivo, si no que se rebasaron mis expectativas al darme cuenta de la capacidad de integración de conocimientos que tienen los estudiantes, la capacidad que tienen de trabajar de manera colaborativa, aportando ideas y apoyándose para siempre tener el mejor resultado. Pero, sobre todo, lo significativo que es para ellos aprender y divertirse al mismo tiempo.