A ver, imagina que despiertas un día y el mundo está cubierto por agua. No hay humanos, no hay calles, no hay comida… Solo océano hasta donde alcanza la vista. Ahora imagínate que eres un gato. Sí, un gato negro que de repente se encuentra en un bote, flotando en medio de la nada, con un montón de agua a su alrededor y sin entender qué está pasando.
Así empieza FLOW, una película de animación francesa con mucho arte visual. No hay diálogos, no hay explicaciones, solo un gato que va navegando por un mundo postapocalíptico y se encuentra con otros animales: un perro golden retriever, una capibara, un lémur y un ave.
Al principio, el gato como que no quiere aceptar lo que está pasando, pero conforme avanza la historia, se da cuenta que en este mundo nuevo, aferrarse a lo que fue ya no sirve de nada. Hay que adaptarse, confiar y aprender a fluir con la corriente.
Y ahí es donde FLOW te deja pensando. A veces nos aferramos a cosas que ya no están, a lo que conocíamos, a lo que nos daba seguridad. Pero la vida cambia, a veces sin previo aviso, y la única forma de seguir adelante es soltar y moverte con el flujo. No es solo una historia de supervivencia, es una historia sobre aceptar lo que no puedes controlar y aprender a encontrar tu propio ritmo en medio del caos.
Y también nos deja una gran enseñanza, aunque el mundo parezca incierto y cambiante, no estamos solos. Siempre hay alguien con quien compartir el viaje, alguien con quien apoyarnos para seguir adelante, aunque sea un perro, una capibara o un lémur.
Te recomendamos ver esta película y que seguro te deja pensando. ¿Cómo enfrentas los cambios en tu vida? ¿Te aferras o aprendes a fluir? FLOW no te da respuestas, pero te deja con una sensación profunda de que todo en la vida se mueve y que lo mejor que puedes hacer es moverte con ello.
Véanla y luego nos cuentan: ¿están fluyendo con la vida o siguen peleando contra la corriente?
