¿Te imaginas caminar por los mismos pasillos que alguna vez recorrió Frida Kahlo? Eso es justo lo que te espera en el Museo Frida Kahlo, en el corazón de Coyoacán, uno de los barrios más antiguos y pintorescos de la Ciudad de México. Más que un museo, esta es la Casa Azul, el hogar donde Frida pasó su infancia y los últimos años de su vida, y donde su esencia sigue presente. Al recorrer sus habitaciones, no solo te encuentras con sus obras más personales, sino también con su vida: sus vestidos, sus pinceles, sus corsés y hasta la cama donde pasaba horas recuperándose, transformando el dolor en arte. Es como si Frida misma estuviera allí, contándote sus historias.


Una de las partes más especiales de este lugar es el jardín de la Casa Azul, que refleja la inspiración que Frida y Diego Rivera encontraban en la naturaleza. Es un espacio que invita a sentarse y relajarse.

Además de la exposición permanente, el museo suele tener muestras temporales que muestran distintos aspectos de su vida y obra, lo que siempre hace que valga la pena volver. Ya sea tu primera visita o la décima, siempre hay algo nuevo por descubrir.
Para disfrutar la experiencia, te recomendamos comprar tus boletos por adelantado, ya que el museo es uno de los más visitados de la Ciudad de México. Y si quieres aprovechar al máximo tu visita, considera explorar también el centro de Coyoacán, su mercado, disfrutar de un rico helado, churros o unas deliciosas quesadillas.
El Museo Frida Kahlo abre sus puertas de martes a domingo, y te aconsejamos llegar temprano porque, créeme, no eres el único que quiere conocer más de cerca la vida de una de las artistas más icónicas de México.